Los Programas de Formación e Inserción a debate

El pasado 7 de marzo de 2024 tuvo lugar la presentación del estudio “Els programes de Formació i Inserció i les administracions locals”, publicado por la Fundació Jaume Bofill. El acto, realizado en la sala de actos de la Fundació, congregó a numerosos responsables y técnicos municipales, debido al enfoque territorial del tema, junto a representantes de la administración educativa, profesores y orientadores de centros y entidades del mundo educativo.

Rosalina Alcaide, directora de investigación sobre el abandono escolar de la Fundació presentó el acto y los participantes, junto a un breve que mostraba diferentes testimonios de jóvenes cursando PFI. Seguidamente se pasó a la presentación del estudio por parte de Xavier Farriols, coautor del estudio con F. Colomé, J. Francí y O. Homs.

El estudio sitúa el origen de los PFI en la LOGSE (1990), que prolongó la enseñanza obligatoria hasta los 16 años con la ESO, estableciendo una doble titulación final: Graduado, para los que alcanzaban los objetivos y Certificado para quienes no lo hicieran. En este punto los autores señalan la importante desigualdad que genera este hecho: para los graduados, la posibilidad de proseguir estudios superiores a los obligatorios; para los no graduados, imposibilidad de continuar estudios, quedando en una situación de baja cualificación académica y nula capacitación profesional. Por tales motivos la Ley creaba una nueva oportunidad, de carácter voluntario, denominada Programas de Garantía Social (PGS) como elemento de “Garantía Formativa” a disposición de los no graduados. Esta “garantía formativa” ha ido evolucionando en el tiempo en función de los cambios legislativos acaecidos: Programas de Cualificación Profesional Inicial en la LOE de 2006, Programa de Formación e Inserción (PFI) en Cataluña con la LOMCE de 2013.

Los actuales PFI se caracterizan por un doble objetivo: facilitar la graduación en ESO que permita la prosecución de estudios, preferentemente en los Ciclos Formativos de Grado Medio, y adquirir las competencias profesionales de base (de nivel 1) en un oficio o profesión para favorecer el acceso al mercado de trabajo. Esta doble vertiente se acompaña de una intensa acción tutorial con un trabajo de orientación y acompañamiento del joven.

Así pues, los PFI incluyen tanto contenidos de formación general como de. Tipo profesionalizador, vinculados a una familia profesional y con formación en centros de trabajo. En conjunto los PFI ofrecen un curso de 1.000 horas. Incluyen 39 especialidades, correspondientes a 18 familias profesionales. En los últimos cursos han contado con más de 7.000 inscritos. Actualmente existen 3 modalidades, con los mismos objetivos, estructura y contenidos, a pesar de presentar ciertas diferencias con relación a quien los organiza y financia, así como a la composición de los equipos de profesores y formadores. Estas modalidades son: el Plan de Transición al Trabajo (PTT), organizado conjuntamente por el Departamento de Educación de la Generalitat y los ayuntamientos participantes, mediante un acuerdo bilateral de colaboración y con profesorado mixto de ambas administraciones; los Programas de Iniciación Profesional (PIP) impartidos en centros públicos o concertados; el curso de Formación y Aprendizaje Profesional (FIAP), dirigido a oficios manuales y organizado por el Departamento de Educación en centros públicos.  

LOS PUNTOS DÉBILES DE LOS PFI

El estudio identifica algunos aspectos que han planteado hasta ahora limitaciones en términos de resultados. En primer lugar, su estructura inestable. La dificultad, desde sus inicios, para integrarse en los en los estudios secundarios y configurarse como un primer nivel de cualificación profesional; un débil encaje en el sistema educativo, constituyendo un ángulo muerto del mismo, con escasa atención por buena parte de la comunidad educativa, con la notable excepción de muchos ayuntamientos. El resultado ha supuesto una base normativa débil, una ordenación errática y un encaje precario en el sistema educativo; dificultades para estabilizar su financiación, incapaz de proveer una oferta suficiente para la demanda potencial, a pesar de los avances de los últimos cursos persiste el déficit de plazas, en especial en áreas metropolitanas y en comarcas de baja densidad y alejadas dude los centros urbanos; una oferta con problemas d eficiencia interna. Sólo el 57 del alumnado supera el PFI y 1 de cada 4 lo abandona antes de acabar el curso. Los motivos pueden ser tanto de tipo económico o académico, pero requieren soluciones urgentes; una red institucional poco aprovechada. La destacada participación de las administraciones locales no es empleada en toda su capacidad. Las colaboraciones en el terreno entre centros y servicios locales dependen demasiado a menudo de la buena voluntad de profesores y técnicos municipales sin que exista un marco institucional que las ordene y promueva.

PROPUESTAS DE MEJORA

Los PFI como opción formativa para los no graduados. Vincularlos a la vida adulta y activa. Combinar contenidos generales y profesionalizados con metodologías activas que incluyan el centro de trabajo – la empresa- como espacio de conocimiento y aprendizaje. Alejarse de un planteamiento “escolarizador” mediante una aproximación al mundo del trabajo, con prácticas en empresa, junto a una intensa acción tutorial.

Una nueva configuración de los PFI. Culminar su encaje en el sistema de FP, con una planificación y gestión conjunta. Establecer unos perfiles profesionales abiertos a partir de un primer nivel de cualificación que permita desarrollar itinerarios laborales a partir de una oferta sectorial más polivalente. Situar las acciones de orientación y acompañamiento en pie de igualdad con las de formación. Generalizar la formación dual como elemento distintivo, incluyendo un tipo de contrato que facilite una primera experiencia laboral. Centrar plenamente en la administración educativa la responsabilidad de financiación, planificación, gestión y evaluación.

Promover las redes de cooperación local. Facilitar la información detallada, personalizada si es preciso, de los centros a los ayuntamientos, evitando la dispersión de los jóvenes y la consolidación del fenómeno NI-NI. Coordinar las acciones contra el abandono escolar de los municipios con los centros educativos, desplegando una colaboración capaz de establecer sinergias. Coordinar adecuadamente los diferentes servicios municipales (educación, juventud, servicios sociales, promoción económica, salud). Establecer alianzas permanentes a nivel institucional y local, promoviendo acuerdos estables de colaboración entre el Departamento de Educación y las administraciones locales asegurando la información, la coordinación y el trabajo en común en el terreno entre centros y servicios locales.

Mantener el esfuerzo de crecimiento de la oferta. Dar continuidad al aumento de grupos de oferta pública y al número de PIPs autorizados con financiación del Departamento de Educación a fin de completar el número de plazas en aquellos territorios que lo requieran.

Mejorar los resultados de los PFI, tanto en términos de continuidad formativa como de inserción laboral. Como medidas complementarias para alcanzarlo se propone: crear un sistema de becas de movilidad, recuperar gradualmente la ratio de 15 alumnos por grupo, completar la oferta en territorios con falta de plazas, potenciar la participación de alumnos y profesores en programas europeos.

El estudio concluye sus recomendaciones con dos demandas: Estabilizar la financiación de los PFI a partir de su inclusión permanente en los presupuestos del Departamento de Educación, dimensionando la oferta necesaria y ampliando los PIPs subvencionados. Considerarlos como parte del conjunto del sistema de FP, con los recursos correspondientes; Culminar su encaje en la educación post-obligatoria, situándolos siempre después de la ESO y para jóvenes de 16 a 20 años, a partir de las alternativas que presenta la LOIFP (Ley de Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación profesional).

En la mesa redonda posterior, moderada por Elena Sintes, jefa de proyectos de la Fundació, Olga Romero, representante del Departamento de Educación, informó de la ampliación de 10 grupos para el curso 2024/25 y del compromiso de seguir aumentando la oferta; Marcelina Bosch, jefa del Área de Educación de la Diputación de Barcelona, reiteró el apoyo de la institución en la aportación de recursos económicos y técnicos a los ayuntamientos que intervienen en los PFI; Dolors Peñafiel, responsable de Educación de Vilafranca del Penedés, expuso la experiencia municipal en la coordinación de los agentes en el territorio e insistió en la necesidad urgente de acceder a los datos para combatir de modo directo e inmediato el abandono escolar prematuro; Josep Francí, coautor del estudio, destacó la necesidad de estabilizar la financiación, de promover su vinculación con el sistema de FP y de incluir a las empresas como tercer agente de los PFI, al lado de los centros y los servicios locales.

El debate posterior, con intervenciones de miembros de entidades y otros agentes evidenció el interés existente en estos momentos sobre los PFI y la necesidad de potenciar sus principales activos: aumentar la motivación de los jóvenes “aprendiendo haciendo”, mejorar sus competencias profesionales, potenciar su auto-estima a partir de la experiencia del éxito, ofrecerles una nueva oportunidad en un marco más motivador y reducir el abandono con orientación y acompañamiento desde la empatía de profesores y formadores.

Xavier Farriols, Francesc Colomé, Josep Francí y Oriol Homs

Publicado en la versión en catalán de Opina FP el día 11 de marzo de 2024.