El Informe Draghi y los problemas de los sistemas educativos (i III)
En las semanas anteriores publicábamos dos artículos sobre las razones por las que el informe «El futuro de la competitividad europea» -conocido como el Informe Draghi- atribuye, entre otros factores, la falta de competencias para la innovación que sufre la UE al deterioro de los sistemas educativos europeos.
En este artículo, tercero y último de la serie, describiremos, analizaremos y comentaremos las causas quinta y sexta por las que el Informe considera que los sistemas educativos europeos sufren un deterioro que dificulta la innovación que, según el informe, son que “el número de graduados en STEM se ha incrementado de manera paulatina en los últimos tiempos, pero de manera insuficiente” y “la falta de progresos en la oferta de educación infantil en algunos países de la UE”.
Veremos que tanto en la causa quinta como en la sexta el Informe atribuye la falta de aparición de talento a dos sesgos sociales fundamentales y conocidos: la pobreza y el género. Efectivamente, los alumnos pobres presentan menos posibilidades de optar por estudios STEM que los que provienen de familias ricas, tendencia que acentúa después la división social. También sabemos que el porcentaje de chicas que acceden a los estudios STEM es notablemente inferior (del orden del 50%) al de chicos, introduciendo la segregación de género que se puede sobreponer a la segregación económica.
La segregación económica se acentúa por la carencia de oferta de plazas de Educación Infantil, significativamente importante para los niños y niñas que provienen de situaciones desfavorecidas, que sufren mucho más esta falta de oferta que los que provienen de clases sociales más favorecidas. Esta segregación es vista, en esta parte del Informe, como un desperdicio de una parte importante del talento que disponemos en nuestra sociedad, por lo que hace coincidir unos elementos de justicia social (favorecer el acceso a la educación a las personas desfavorecidas) con un elemento de beneficio colectivo: la necesidad de hacer aflorar todo el talento de que dispone nuestra sociedad.
Quinta causa: El número de graduados en STEM se ha incrementado de forma gradual en los últimos tiempos, pero de forma insuficiente.
¿Qué dice el Informe?
Afirma que en la UE existen aproximadamente 22 graduados en STEM por cada 1.000 personas entre los 20 y los 29 años. Pese a que las cifras han subido desde los 18,5 por 1.000 de 2014, el crecimiento es todavía insuficiente para atender la demanda de puestos de trabajo que, en estos momentos, ya se produce (el informe aporta anexos según los cuales se justifica esta afirmación). El informe destaca dos tendencias negativas: la primera es la tendencia a cursar estudios de carácter STEM en función del estatus socioeconómico, por lo que los estudiantes con menores ingresos tienen menos tendencia a realizar estudios STEM que los de mayores ingresos; la segunda tendencia es la asociada al género, existe casi el doble de hombres que de mujeres graduados en áreas STEM. Estas disparidades se exacerban a la hora de analizar las ocupaciones después de los estudios: por ejemplo, hay casi cuatro veces más de hombres que de mujeres trabajando en empleos TIC.
Análisis y comentarios
El Informe señala dos tendencias a las que no se han encontrado, por ahora, soluciones sencillas. En la primera, la derivada de la situación socioeconómica, nunca se han puesto en marcha políticas de estímulo a la elección de estudios técnicos y/o científicos para los alumnos con pocos recursos económicos, a pesar de que como se ha evidenciado sistemáticamente en los estudios de empleo que se realizan a la salida de la Formación Profesional, los graduados en familias industriales tienen mayor facilidad de empleo y reciben unos salarios más altos en comparación con las familias de servicios, por ejemplo.
Tampoco está resuelta la cuestión del género en los estudios STEM. La situación es endémica y bastante conocida. La falta de soluciones provoca, además de una falta de atracción de talento hacia un área de estudios con necesidad de titulados, una escandalosa diferencia de ingresos y condiciones de trabajo entre mujeres y hombres cuando se da el paso al mercado de trabajo. Es evidente que las razones económicas deben tener su influencia en esta situación, pero es seguro que las actitudes y prejuicios respecto al papel y situación de las mujeres en la sociedad son aún más importantes, de modo que se presenta de forma fehaciente la prueba de que las derivas ideológicas respecto al feminismo son todavía muy profundas en nuestra sociedad y, por lo que se ve en los datos, no sólo en Cataluña y España, sino también en el resto de Europa.
Sexta causa: la falta de progresos en la oferta de educación infantil en algunos países de la UE.
¿Qué dice el Informe?
El informe es sintético -y contundente- en este punto: asegura que los déficits derivados de la falta de una educación infantil de calidad son difíciles de compensar especialmente para los niños y niñas que provienen de condiciones desfavorecidas.
Análisis y comentarios
El Informe se limita a afirmar lo que ya se conoce desde hace mucho: los efectos de la falta de escolarización en la etapa de Educación Infantil en las oportunidades educativas que se presentan en el futuro. En cambio debe decirse, en su favor, que en este apartado no remarca el papel conciliador entre vida laboral y familiar que también tiene la educación infantil, enfatizando de este modo el papel educativo que tiene y debe tener esta etapa especialmente para niños y niñas en condiciones desfavorecidas. Sí habla de su papel de conciliación cuando plantea el tema de la Educación Infantil en el apartado que se refiere a “las pobres condiciones de trabajo que se ofrecen en la UE”.
Un análisis rápido de la situación de la educación infantil en Cataluña, que presenta una de las ofertas comparativamente más competitivas dentro de los países de la UE, nos habla sin embargo del sesgo perverso que presenta el uso de la oferta de educación infantil. El hecho de que en las familias con situación económica desfavorecida a menudo se encuentre en situación de desempleo uno de los miembros de la pareja, o que sencillamente la mujer no trabaje, provoca que sean bajos demandantes de educación infantil porque no tienen necesidades de conciliación, mientras que las parejas en las que ambos miembros trabajan y reciben ingresos suficientes presentan una demanda de plazas más altas derivadas de sus necesidades de conciliación. Esta situación se exacerba cuando hablamos de familias inmigradas, especialmente magrebíes, en las que el rol atribuido a las mujeres dentro de su cultura lleva a adjudicárseles el cuidado de los hijos y, por tanto, restar el papel educador que haría la etapa de educación infantil para sus hijos e hijas.
En conclusión, podríamos decir de forma muy sintética que este el apartado del informe Draghi sobre “el deterioro de los sistemas educativos” se lamenta de la falta de talento en la UE, asegurando que, si se busca y promociona, el talento existe y se puede hacer aflorar en beneficio, en este caso, de la capacidad de innovación de los países de la UE. Con todas las consideraciones y matices que hemos tratado de argumentar a lo largo de tres artículos, coincidimos con esta idea central de este apartado del Informe.
Francesc Colomé, Xavier Farriols, Josep Francí y Oriol Homs