Un nuevo impulso para la movilidad internacional

Se entiende por movilidad internacional a la realización de prácticas formativas, en situación de trabajo real, enmarcado empresas de otros países por parte de los estudiantes de Formación Profesional, en cualquiera de sus modalidades y especialidades.

Los beneficios de esta modalidad de aprendizaje y formación han sido reconocidos desde hace mucho tiempo, tanto por parte de las administraciones responsables de los sistemas de FP como de las personas que han realizado la experiencia y, hecho importante, de las empresas. Se reconoce de modo unánime que la realización de una estancia de trabajo formativo en una empresa de otro país aporta importantes beneficios no sólo con relación a las competencias técnicas concretas de la especialidad cursada, oficio o profesión, sino también otros elementos de igual o superior importancia. En particular el aprendizaje y práctica de otras lenguas (aplicadas a la profesión, pero también en su uso general), estimula la capacidad de iniciativa personal, la capacidad de adaptarse a entornos y situaciones nuevos o poco conocidos, la resolución de situaciones imprevistas, la socialización en entornos culturales distintos al propio, entre las más destacadas. También comporta el desarrollo de un sentimiento más europeísta e internacional y abierto al conocimiento y al interés por otras culturas distintas a la propia. Estos beneficios activan a los jóvenes a su regreso y les ayudan a encontrar mejores empleos.

Por todos estos motivos la Comisión Europea, desde los años 80 del siglo pasado, ha promovido y financiado programas de movilidad para los estudiantes y aprendices de FP. Los antiguos programas comunitarios PETRA (Programa Europeo Transición) y Leonardo da Vinci ya disponían de líneas específicas para realizar proyectos de movilidad entre socios de diferentes estados. Más tarde la FP se incluyó en ERASMUS el principal programa de la Comisión Europea de educación y formación y uno de sus mayores éxitos de participación y repercusión ciudadana.

También en Cataluña se han hecho notables esfuerzos de promoción de la movilidad internacional de los estudiantes de FP. Se podría destacar por su valor simbólico la denominada “Declaración de Barcelona” firmada el 2010 por representantes de 29 regiones europeas del 12 Estados de la Unión Europea, en la que se solicitaba a las autoridades europeas el papel de los poderes regionales en la organización, difusión y desarrollo de los programas de movilidad internacional de los estudiantes y aprendices de FP. La Declaración se basa en la constatación de que, por regla general, los centros de FP carecen de la dimensión y capacidad suficiente para llevar a cabo por sí solos la preparación y desarrollo de un proyecto europeo. Las regiones y las administraciones territoriales con competencias en FP juegan un papel importante en este aspecto. 

La crisis económica desatada a partir de 2008 supuso una fuerte reducción de recursos en los presupuestos de educación y formación a nivel europeo, nacional y regional. También en las partidas correspondientes a la movilidad en FP. Estos hechos comportaron una súbita interrupción, o al menos limitación, al aumento de proyectos y beneficiarios, cuyo número había estado en progresión constante desde los últimos años del siglo XX.

Cuando estos efectos empezaban a quedar atrás la irrupción de la COVID y las consiguientes medidas de confinamiento absoluto y cierre de fronteras volvieron a parar de nuevo y de modo radical la movilidad. A pesar de que dicho bloqueo se levantó de forma generalizada durante el año 2021, es evidente que los programas de movilidad formativa internacional han sufrido en los últimos 13 años situaciones inesperadas y sobrevenidas que han alterado gravemente su realización, despliegue y generalización para el conjunto de sus usuarios potenciales.

Esperando que tales fenómenos no vuelvan a repetirse convendría recuperar con fuerza el apoyo a las actividades de movilidad de estudiantes y aprendices de FP. Conviene hacerlo considerando el papel de las administraciones regionales y territoriales competentes en FP en este ámbito y dotarlas del reconocimiento y los recursos adecuados por parte de la Comisión Europea y las autoridades nacionales. Su aportación e implicación en la generalización de la movilidad internacional y en la mejora de su calidad no puede más que suponer un valor añadido a los programas en curso y un estímulo e incremento del número de participantes beneficiarios.

Xavier Farriols, Francesc Colomé, Josep Francí y Oriol Homs

Publicado en la versión en catalán de Opina FP el 10 de octubre de 2023